martes, septiembre 18, 2012

                                            Se nos ha muerto un anciano dialogante.

  Hace un par de horas se nos ha muerto, mientras dormía - bendita forma de morirse, sin hacer ruido - quien fuera Secretario del Partido Comunista de España, a la edad de 97 años.
  Hombre dialogante. No temía hablar ni con nadie ni de lo que fuera.
  Hombre de pactos. Se recuerda su papel en los Pactos de la Moncloa.
  Hombre republicano pero donjuanista. Como respetaba a todos, también al Rey, como Jefe del Estado que es. 
  Hombre clave en la Transición española. Sin él al mando del Partido Comunista, el paso de una dictadura a una democracia habría sido más difícil.
  Hombre de afectos. Simplemente recordar el cariño que le tenía al señor Suárez, quizàs, por su valentía en facilitar el reconocimiento y legalización del partido comunista.
  Y, sobre todo, hombre valiente. Difícil olvidar su imagen en el Congreso cuando se quedó sentado y pensando que ya estaba bien de humillaciones que si había que morir pues qué iba a hacer él ante aquellos bárbaros.  
Durante algunos años yo esperaba el programa La Ventana, dirigido por Genma Nierga, la tarde de los lunes de la cadena Ser, porque había un debate, serio pero reposado, entre don Santiago Carrillo y el popular señor Herrero de Miñón.
  Era una delicia escucharles debatir a ambos con enorme educación, cuidando las formas y el tono amistoso pero argumentando y defendiendo cada uno su propia visión de la política
  Yo no salía cada lunes de mi asombro cuando recordaba que estaba escuchando por las ondas a un señor de más de noventa años: lúcido, clarificador, enérgico al tiempo que reposado, conocedor de la política que se hacía en el momento y siempre correcto y simpático.
  Por recordar una anécdota, y con eso concluyo, recuerdo el día que estuvo en el programa y coincidió con la canaria Roxana.
  Estábamos en vísperas de unas votaciones generales.
  Le preguntó la presentadora del programa a la cantautora que si iba a votar.
  Ella respondió que no.
  Y entonces saltó Carrillo y le 'regañó' diciéndole: "Hay que votar, Roxana".
  
  

1 comentario:

Riselo dijo...

Normalmente, cuando alguien se muere, uno lo siente. Pero si es alguien que te ha clarificado ideas que te ha dado ejemplo de cómo se puede debatir ideas sin ofender, sin insultar, simplemente argumetando y exponiendo los propios puntos de vista, entonces sientes más su partida.