miércoles, septiembre 19, 2012

Aquellos años del cuplé.

                                                      Aquellos años del cuplé.
  
  He estado esta mañana en la Biblioteca Nacional.
  Había tres exposiciones al mismo tiempo.
  Pero no me gusta atragantarme de arte, y me decidí hoy por la que había dedicada a una cupletista - posiblemente, la más famosa de las muchas que hubo en España en la época de entre guerras, Raquel Meller, de la que se cumple este año medio siglo de su fallecimiento.
  Realmente la mañica de Tarazona se llamaba Francisca Marqués López.
  Está considerada la máxima representante del cuplé.
  Aunque ella, cuando ya se encontraba en el culmen de la fama, decía que ni era cupletista ni cancionista sino simplemente Raquel.
  Tenía, además, dotes de artista ya que hasta el mismo Charles Chaplin, a quien había gustado la melodía del maestro Padilla, la Violetera, compuesta para la Meller, la invitó a intervenir en la película Luces de la Ciudad pero ella, al parecer, rehusó.
  Y fue una pena porque no son pocos los que se lamentaban de que no se dedicara más a la interpretación.
  Fue la dama de las tablas, María Guerrero, abuela paterna de Fernando Fernán Gómez, quien dijo un día: '¡Qué estupenda actriz se ha perdido con esta moda de el cuplé en España!'
  Pero de su arte como cupletista ya había escrito un dramaturgo gallego: 'Cuando el arte tenga una estatua, la estatua se parecerá a Raquel Meller'.
  Como curiosidad, no se casó, como tantas otras, con un torero. El primer marido fue un escritor de cierta notoriedad. Y el segundo, un empresario francés.
  No tuvo hijos propios pero adoptó a dos.
  Hizo teatro en París, donde la adoraban lo mismo que en muchas capitales de las dos Américas.
  Posiblemente el hecho de que hubiera pasado años con una pariente monja clarisa en Francia en su adolescencia, le facilitó este trabajo.
  Fue muy premiada. Entre otros galardones, en España, recibió la Gran Cruz de la Orden de Alfonso XII y la Medalla del Círculo de Bellas Artes de Madrid.
  En Francia, la República la nombró Dama de la Legión de Honor.
  Su carrera fue larga, teniendo en cuenta que había nacido en 1888 y falleció en 1962.
  Para algunos historiadores, sus últimos años los pasó desapercibida y al margen de su arte.
  Para otros, sin embargo - y aquí debo de citar con todos los honores a un gran historiador del cuplé, José María López Ruiz - su vida biológica concluyó a la par que su vida artística.
  Escribió este escritor hace algún tiempo un libro muy interesante, 'El Madrid del Cuplé'.
  De él escribieron el día de la presentación de este libro:
  "De unos primeros pasos en el artículo socio-político, pasó casi a especializarse en el ensayo costumbrista e histórico, siempre en una línea amena y fácil'.
  Leí durante algún tiempo sus amenos artículos sobre Madrid en la revista 'Ocio' que, desgraciadamente, dejó de contar con él. 
  Todos perdimos y no le perdonaré a la dirección de esta revista que nos privara de este placer.

  

1 comentario:

Riselo dijo...

Nuestra Raquel Meller, tenía fama de arisca y de llevarse mal con las otras artistas.
Pero, al contrario de lo que pudiera pensarse de una persona de su profesión, sabía coser - trabajó de costurera en Barcelona - y sabía cocinar.
Uno de sus biógrafos dice que bordaba el guiso de lentejas.
Y,además,rompió con el tópico de que todas las cupletistas se casaban con toreros.