sábado, septiembre 22, 2012

Lo que acontece cuando no eres juez y juzgas.

                                               'La foule est tojours abominable'.
  
  'La chusma es siempre abominable', es lo que suele decir el único amigo de la peña que posee conocimientos profundos del idioma Francés - hasta lo habla, los demás lo traducimos con la inestimable ayuda de Google - porque había estudiado en la Alianza Francesa.

  Y es que le molestan las reuniones de más de 6 y pierde los nervios cuando la gente comienza a gritar.
  
 Porque cuando las personas se reúnen y pierden el control, se recorre en seguida el camino que va desde ser multitud a ser turba hasta convertirse, finalmente, en chusma peligrosa.
  
 Es lo que a mi me parecieron las personas agolpadas a la entrada del Juzgado donde se dirimía el caso de los niños robados.
  
 Porque, ¿qué pintaban allí aquellas personas vociferantes que insultaban a todo el que por allí pasaba y les resultaban sospechosas de haber intervenido en el caso triste del robo de niños?
  
 Y lo que sucedió es lo que cabría esperar. Que pasó alguien por allí, que nada tenía que ver con la guerra, y la gritaron '¡robaniños!'.
  La insultada fue la exsenadora Belén Landaburu, abogada, y que nada tenía que ver con el caso.        Simplemente había salido del juzgado para comprar un periódico mientras esperaba al juez de la causa que había tenido que suspender temporalmente su toma de declaración por una operación policial en la Cañada Real.
  
 Todos recordamos el caso de Cristo. 

 Aquella multitud que acudió a ver qué hacían los romanos con el judío, acabó por convertirse en turba, convenientemente manipulada, y que terminó pidiendo su muerte.

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