jueves, octubre 11, 2012

Las heridas no las toques, que es peor.

                                              Las pretensiones de un ministro imprudente
 
   El actual Gobierno de la Nación, ese gobierno de España que, creyendo en su poder taumatúrgico, proclamó que, en entrando ellos a gobernar, cesarían todos los problemas, posee dos ministros de una especial peligrosidad para el conjunto de la ciudadanía: el de Justicia y el de Educación.
 
   Leo en el diario 20Minutos:
 
   "El ministro de Educación, José Ignacio Wert, desató ayer una enorme polémica al declarar el 'interés del Gobierno en españolizar a los alumnos catalanes para que se sientan tan orgullosos de ser españoles como catalanes..."
 
   Posiblemente lo hizo con la mejor intención pero de intenciones no se vive, sobre todo cuando se dicen cosas a ese nivel y no está el ascua para sardinas.
 
   El señor Wert es conocido mío de los tiempos en que era tertuliano en una cadena de radio..
 
   Es de esos que yo clasifico como 'que saben y saben que saben'.
 
   Por eso, en las tertulias quería ser siempre el hombre florero, ese que debe dar la última puntada a una conversación o debate porque piensa que, sin su aportación personal, las cosas siempre quedarían flojas y mal apuntaladas.
 
   En tiempos agudos de crisis, y cuando todos esperábamos que lo primero que hiciera este gobierno del Partido Popular fuera lanzar medidas de apoyo a las empresas, iniciativas para la creación de empleo y medidas anticrisis, se nos adelanta el señor Wert en el mes de enero, nada más comenzar a gobernar y, como si en ello le fuera la vida, considera de vital importancia barrer de un plumazo la asignatura Educación para la Ciudadanía.

   De un señor tan inteligente: abogado y sociólogo, cabría esperar que lo que nos anunciara nada más comenzar a gobernar fuera un plan educativo para acabar con el fracaso escolar, con la pobreza de nuestra educación a la hora de compararse con los niveles de otras naciones de nuestro entorno.

   Pero no. Lo más importante era acabar con esta asignatura, con la peregrina excusa de que esa asignatura del anterior gobierno socialista había sido cuestionada por la Iglesia Católica y por su propio partido, el PP.
 
   ¿Desde cuando la Iglesia Católica debe dar órdenes al Gobierno?
 
   ¿Se mete el Gobierno en los asuntos eclesiales?
 
   Y el otro argumento es también bastante peregrino: no gustaba a su partido.
 
   Porque cuando un partido asume el Gobierno, no gobierna, a partir de entonces, sólo para los suyos sino que gobierna para todos.
 
   Y, esa nueva Educación Cívica y Constitucional que él propone, 'estará libre de cuestiones controvertidas y no será susceptible de adoctrinamiento ideológico'.
 
   ¿Quién inspirará ahora esa nueva asignatura, la doctrina católica de los obispos más reacionarios de la Iglesia Española?
 
   Pues aviados estamos.
 
   Sólo pedir al cielo que estos tres años que nos quedan de gobierno popular pasen pronto porque esto ya se está haciendo insoportable.
 
   Y, sobre todo, que nos dé paciencia el de arriba para aguantar las ocurrencias de cada día de estos ministros.
 
   Y a los catalanes, que tengan paciencia, que no se molesten más de lo necesario, porque como los niños pequeños, este ministro no sabe sabe distinguir dónde tiene su mano derecha y dónde su izquierda.
 
   Y no hablo de ideología sino de la mano izquierda que hay que tener para el trato de los asuntos espinosos
 
 

No hay comentarios.: