Yo admito que algo sí que se podrá exagerar en promesas que, aunque uno sepa que no se van a cumplir porque son difíciles de llevar a la práctica, de hacerlas reales, porque siempre cabe el que se piense que, por lo menos, la buena voluntad no faltó.
Pero que se prometa por prometer, sabiendo que es imposible su cumplimiento, y no en una o dos materias sino en la casi totalidad del programa, eso es pasarse de la raya unos pocos pueblos.
Es lo que estamos viendo con los nueve meses del gobierno Rajoy.
El mismo señor Presidente ha confesado sin rubor que no puede cumplir la casi totalidad de lo prometido en campaña.
Y yo me pregunto: Si un señor ha sido elegido pensando que, por lo menos, algunas de las promesas que hizo antes de la elecciones se podrían cumplir, y ahora nos sale con estas, ¿no sería el momento de convocar a la ciudadanía a un referendum antes de que la frustración llegue a límites insoportables?
Porque está sucediendo lo que nunca había pasado en España, a saber, que no sólo convocan y realizan huelgas los colectivos afectados por los recortes que, hasta el momento son la práctica totalidad, sino lo nunca visto ni en los peores momentos: hoy los padres - no sus hijos ni los profesores de sus hijos - de alumnos de la Enseñanza Pública están en huelga.
La mayoría absoluta que un malhadado 20N de 2011 concedió al Partido Popular el pueblo, ha resultado nefasta porque ha cortado toda posibilidad de diálogo.
No se dialoga con los Sindicatos pero es que ni a nivel de Parlamento. Los parlamentarios están aburrido de que se les amenace con que, digan lo que digan, su propuestas no van a salir adelante.
El señor Rajoy sabe de buena tinta que 'los buenos españoles' - esa mayoría silenciosa tan querida por él - no se manifiestan ni protestan contra el gobierno porque se quedan en casa haciendo lo que hay que hacer, mientras él hace lo que dios manda.
Y no se dialoga a ningún nivel porque la excusa es que a este gobierno el pueblo le ha concedido mayoría absoluta para gobernar durante cuatro años.
Y mientras tanto sale cada ministro y va soltando sus florecillas, cada vez más irritantes.
Como muestra valga el comportamiento del ministro de Educación, señor Wert.
El señor para quien, después de no llegar a acuerdos su partido con el anterior gobierno - y mira que el señor Gabilondo era dialogante - lo más importante de toda la reforma de la enseñanza era suprimir la asignatura de la Educación para la Ciudadanía.
Y esto en un momento en el que la Organización de Derechos Humanos (Unesco) revela que los españoles son los europeos que más abandonan los estudios antes de acabar la Secundaria.
¿Motivo? La asignatura de Zapatero envenenaba las mentes vírgenes de los alumnos.
¡Mira quien fue a hablar!
¿Dónde está ahora la defensa que hacía entonces del derecho de los padres a que no envenenaran a sus hijos con ideas raras?
Porque ayer ha llamado a estos padres algo así como gentes vendidas a las extremas izquierdas.
Ningunea así, con estas descalificaciones, el gobierno, y medios de masas afines, a la principal asociación de padres de alumnos de España, la Confederación Española de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos (CEAPA).
Seguiremos a la escucha.
1 comentario:
Yo pensaba que el ministro de Educación decía así las cosas porque es un señor muy impulsivo.
Pero ahora ya le tengo miedo: porque las tonturas que dice, afirma que las medita mucho.
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