Fue hace años, en una sala de cine de esas de Versión Original con Subtítulos (VOS) cuando yo aún ignoraba qué habría sido de su vida.
Hoy me encuentro un recorte de prensa del diario El Mundo donde se dice:
"Eleuterio Sánchez Rodríguez fue el preso más buscado por el franquismo. Nació en Salamanca en 1942, y en 1965 fue juzgado y condenado a muerte por robar 120.000 pesetas en una joyería y asesinar de un disparo al guarda".
Todo esto sucedió en tiempo de la dictadura franquista y, ya se sabe, que en las dictaduras te pueden condenar siendo más inocente que un bebé de dos meses.
La vida perra de pobreza - y algo más que pondría él de su parte - le llevó por malos caminos.
Pero en los 18 años que sufrió condena en diversas cárceles, aprovechó la ocasión para aprender a leer y escribir, y así poderse comunicar con su familia.
Porque, como él confesó en una ocasión: 'Mis compañeros me escribían las cartas, y me daba vergüenza que vieran mis sentimientos'.
Y tanto gusto le cogió a la lectura que, llegado al convencimiento de que la cultura era un arma más poderosa que las pistolas, siguió estudiando hasta conseguir licenciarse en Derecho.
Por eso confesó en cierta ocasión: 'Descubrí que la cultura era un arma formidable'.
No le fue fácil llegar a conseguir todo aquello a lo que él aspiraba.
Que aprendiera a leer y escribir, pase.
Que intentara estudiar algo más que la Enseñanza Básica, pase también. Con el consentimiento del Ministerio de Justicia, profesores de un instituto de Jerez se acercaban a la cárcel para examinarlo.
Pero que se le ocurriera convertirse en abogado, eso era ya pasarse unas rayas.
Como dice Eleuterio: 'Me pusieron muchas pegas. Porque una cosa era saber leer y escribir, y otra ser más listo que los carceleros'.
A partir de verlo aquel día visionando una película en versión original, leí algo sobre su vida y me enteré que hasta América había llegado su fama y que el grupo Boney M. había compuesto una balada en su honor.
1 comentario:
Que de 2.000 presos, sólo el Lute se decidiera a salir de la incultura, dice mucho de Eleuterio y muy poco de quienes se quejan y no hacen nada por mejorar su suerte.
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