jueves, octubre 18, 2012

A algunos, cualquier excusa le vale para ser infeliz.

           Shania Twain, mi cantante country favorita, tuvo en sus manos todas las cartas para serlo.
  
    Nace Shania en Windsor, Canadá, y sus padres se divorcian cuando ella tiene sólo dos años.
   
    Más de uno habría aducido este hecho triste en la vida de cualquier persona para justificar por qué su vida es una desgracia.
    
    Sus padres - la madre se volvió a casar - ganaban poco y, a menudo, había escasez de alimentos en su hogar.
    
    Aunque era una cría, no sólo trabajó cantando en un un bar con tan sólo 8 años sino que disimulaba ante las autoridades escolares su precaria situación, por temor a que la separaran de sus padres y la dieran en adopción.
    
    Más adelante no tiene empacho en trabajar como un hombre, cazando y cortando leña al tiempo que trabaja en un restaurante.
    
    Mueren su madre y padre adoptivos en un accidente de coche, y debe hacerse cargo de sus hermanos menores, su hermana Carrie y sus medio hermanos Marco y Darryl.
    
    Lo que viene después ya es pura novela rosa porque va encontrando el modo de hacerse valer como compositora y cantante country y pop.
    
    Y así, su album 'Come on Over' consigue ser el disco más vendido de todos los tiempos de una cantante femenina.
    
    Gana 3 discos de diamante en USA.
    
    Y 5 premios Grammy.
    
    Pero ahí queda atrás su vida de luchadora hasta llegar a la cumbre.
    
    Nadie, viendo su rostro siempre tan sonriente, pensaría que parte de su vida fue de puro sufrimiento y lucha por salir adelante.

1 comentario:

Riselo dijo...

Desde que la escuché por primera vez en la televisión, en un programa musical de Canal Plus, me enganché a su voz, a su sonrisa y a su buen hacer como cantante country.