domingo, noviembre 25, 2012

Hay cosas que, cuando se explican, es peor.

                                                     El Papa inventa la pólvora.
   
  
    No hace mucho el Papa, según leo en la revista Tiempo, nos sorprendió con este titular: 'Ni bueyes ni mulas en el portal de Belén'.
   
   Y continúa:
   
   "En su último libro dedicado a la figura de Jesucristo, Benedicto XVI reconoce que en el Portal de Belén no había ni mula ni buey (eso pertenece a los evangelios apócrifos) y que la estrella fue, seguramente, una supernova. Pero sí sostiene que María fue virgen antes y después del parto".
   
   Es decir, me deja frío porque niega justamente lo que yo estaba dispuesto a creerme - lo del asno o mula y el buey - y defiende exactamente lo que yo no estoy dispuesto a creerme: que María, a quien respeto, no conociera varón.
   
   ¡Pobre José! Veinte siglos y aún no ha habido nadie en la Iglesia que haya defendido o reivindicado su papel de padre natural de Jesús.
   
   Poco a poco nos van desmontando, sin pedirlo, verdades que creíamos a pie juntillas, como la existencia del Limbo, del Purgatorio, del Cielo o del Infierno.
   
   En esto pasa como con esos adultos empeñados en quitarles a los niños la idea de que los Reyes Magos existen, que son sus papás.
   
   ¿Pero qué ganan con eso? 
   
   Si los niños, con lo listos que son, ya lo saben, como todos sabemos que el cielo y el infierno son lo que cada cual se crea.
   
   Yo siempre había creído que los Belenes o Nacimientos deben su existencia a una costumbre nacida en tiempos de San Francisco de Asís.
   
   Si hiciéramos caso al Papa, y despojáramos a nuestros nacimientos de esos animales tan entrañables que, con su vaho, calentaban las frías noches de la Sagrada Familia, estos perderían  parte de su encanto y su humanidad.
   
   Menos mal que aquí el Papa no habla 'ex catedra' y, en asuntos que no son de fe, no hay por qué estar a lo que diga.
   
   Por consiguiente, ni caso.
   
   Estas salidas papales lo único que hacen es inquietar a los creyentes.
   
   Porque a los ateos, agnósticos y gentes de otras religiones, simplemente, ni les va ni les viene.
   
   
   

1 comentario:

Riselo dijo...

En qué caso estaría de acuerdo con que se le explicara a un niño que los Reyes Magos no existen?
Pues en el caso,por ejemplo, en que a un niño de padres sin recursos y pobres se le ocurriera la idea de pedirles una moto, por ejemplo.
Está claro que ahí sus progenitores cogerían a su hijo y, con el mayor de los cariños, le dirían algo así como: 'Hijo mío, regalarte una moto no está a nuestro alcance porque resulta que los Reyes Magos somos nosotros y somos pobres en recursos y en euros'.