Leo el titular del diario El País: "El presidente Rajoy admite el dolor que causan sus medidas pero pide esperanza".
Del señor Zapatero se decía que carecía de credibilidad porque, a menudo, y dado el devenir de los acontecimientos que se sucedían tan rápidos, sobre todo al comienzo de la crisis, debía cambiar continuamente de rumbo para irse adaptando a los circunstancias.
Pues bien, habría que hablar de que no es muy distinto el comportamiento del señor Rajoy, quien, además, de retractarse de lo que dice el día anterior, nos miente, él que siempre estaba con que mentía el gobierno anterior.
Leo el comienzo del artículo de F. Manetto y .C.E.Cué:
"Hace un año, cuando pronunció su discurso de investidura, Mariano Rajoy aseguró que no utilizaría la 'herencia recibida' como argumento político, porque los ciudadanos le habían votado para gobernar sobre esa realidad".
¿Qué ha sucedido entonces después de 12 meses de gobierno a punto de cumplirse dentro de unos días?
Pues que donde dije digo, digo Diego.
Y que de lo hablado no hay nada que decir.
Y nos viene ahora con que, cada vez que no sabe contestar a una pregunta incómoda de un periodista o de un parlamentario, tira del comodín de la 'herencia recibida' a pesar de que juró no hacerlo.
Por eso, y ante la acusación socialista de que este gobierno está desmantelando el estado de bienestar, no tuvo más argumento que el de:
"Nosotros, los problemas los eliminamos y no los escondemos. Vamos a ir siempre con la verdad por delante como siempre lo hemos hecho. Pero no vamos a cargar con las culpas de nadie, ni vamos a pagar los platos rotos de nadie".
Este es mi Rajoy. El señor de los principios inamovibles y para todos los tiempos.
1 comentario:
Me molesta tener que escribir un día sí y otro también que este gobierno mintió para ser elegido sabiendo de antemano que los problemas de España eran graves y no se solucionaban en un año.
Y, sobre todo, que ya resulta cansino lo de 'estamos muy mal por la herencia recibida'.
Si la herencia era mala, no haberla aceptado.
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