lunes, diciembre 31, 2012

"Voy a hacer las cosas como Dios manda". (Rajoy)

                                    Y Dios se echó a temblar y se tapó los oídos para no oír.
   
   Y es que Dios es alguien muy serio para que lo metan por medio los políticos.
   
   
   Porque, tras un 'annus horribilis' de gobierno del Partido Popular, podemos sacar la conclusión de que, o Dios manda muy poco y mal, o el señor Rajoy manda mucho y peor.  
   
   ¿Tan mal estamos?
   
   A los hechos me remito.
   
   Dejando a un lado lo de 'la herencia recibida de Zapatero', algunas cosas o, incluso, muchas cosas, ya no pueden atribuírsele al anterior gobierno porque ya casi nadie se lo cree.
   
   ¿Y en qué estamos peor?
   
   Pues digamos que en bastantes.
   
   La prima de riesgo está mucho más alta que hace un año.
   
   La Bolsa más baja.
   
   Hay muchísimo más paro.
   
   Se continúan destruyendo empresas.
   
   El IVA más alto.
   
   Los impuestos han subido.
   
   Se han producido enormes y dolorosos recortes en cosas que nunca pensamos que se podrían recortar: derechos de los trabajadores, en Sanidad, en Educación, en atención a drogodependientes o minusválidos...
   
   Nunca en la vida, en los años que llevamos de democracia en España, se había producido tanta contestación a un gobierno en la calle como este año.
   
   Por manifestarse - policías, bomberos, jueces, sanitarios. profesores...qué se yo - han salido a la calle hasta los jubilados.
   
   ¿Los jubilados? ¿Por qué?
   
   Porque han pensado que este Gobierno, porque son personas de edad, se ha creído que son, además, tontas.
   
   Les alegraron la vida con la promesa de que las pensiones no se las bajarían - como hizo Zapatero, eso que no se olvide, y no se olvida porque no han dejado de recordárselo.
   
   Que, incluso, se las subirían aunque no le compensarían por la subida del IPC.
   
   Siguieron contentos. 
   
   Debieron pensar: 'menos da una piedra'.
   
   Pero pronto se dieron cuenta - porque son mayores pero piensan - que todo todo ese palabrerío era un camelo.
   
   Que el 1% que les iban a subir ya se lo habían quitado - y de qué forma - haciéndoles pagar parte de las medicinas.
   
   Por eso estos días es frecuente ver a muchos de nuestros mayores entrar en la catedral, de la Almudena, dirigirse al altar donde se halla la patrona de Madrid y musitar esta oración:
   
   
   "Virgencita, "para esto, habría sido mejor quedarnos como estábamos". 

1 comentario:

Riselo dijo...

Lo peor no es que un político mienta. Que mentiras las decimos todos. Lo peor es que se presente con un programa y, al año de gobernar, se constate que no ha cumplido absolutamente nada del programa al que los votantes concedieron su confianza.
¿No debería dimitir?