viernes, febrero 15, 2013

No soy muy partidario de mezclar la política con la fiesta.

                                                "Noche de 'goyas', tambores de guerra".
  
  
  Así titulan los periodistas R. García y G. Belinchón su crónica anticipada de lo que puede ser la noche de los Goya 2013 el próximo domingo, 17 de febrero.
  
  Y el motivo es porque, como dicen, 'se reproduce el ambiente previo a la edición de 2003 y el 'no' al conflicto de Irak'.
  
  Aunque soy partidario de 'tengamos la fiesta en paz' y en el día del cine español, hablemos de cine, comprendo a quienes piensan que en el momento delicado en que vivimos, hay que aprovechar cualquier ocasión para concienciar a la ciudadanía de que estamos en una situación tan delicada que todos debemos poner algo de nuestra parte, ya que la clase política parece no estar dando el do de pecho requerido en esta pieza musical de la España de los recortes salvajes.
  
  Frente al mensaje de Enrique González Macho, Presidente de la Academia de Cine, de "la política se ejerce de forma individual y no colectivamente", y de que "esta ceremonia de los Goya es un acto en el que los miembros de la Academia reconocen y homenajean a los que consideran los mejores del año", también expone la queja de que "utilizar este espacio para reivindicaciones supone desvirtuar un acto festivo".
  
  También es consciente de que ese día será difícil controlar la decisión de la Unión de Actores y el Sindicato TACEE, que agrupa a los técnicos audiovisuales, de animar a sus miembros a que protesten 'como ciudadanos' por la situación actual económica de recortes.
  
  
  Esperemos a ver qué sucede el domingo y, quizás, podamos a llegar a comprender todos que ambas posturas, celebrar el cine y protestar por la difícil situación económica, son compatibles.

1 comentario:

Riselo dijo...

En circunstancias así, no puedo evitar recordar las dudas de Hanlet entre el 'to be' y el 'not no be'.