domingo, septiembre 08, 2013

Pienso que 300 años, son muchos años.

                                         Las reivindicaciones hay que hacerlas a tiempo.

  
  Y trescientos años viviendo un pueblo tan feliz no resulta muy lógico que,  cuando el Gobierno español de turno desea que se olviden otros prroblemas de la política nacional, enarbole banderas y gritos de '¡Gibraltar español!
  
  No es de recibo.

  Con muchos menos años prescriben algunos asuntos.
  
  Casi siempre solemos escuchar los motivos de una parte, la española.
  
  De vez en cuando también algún medio nos pone la voz de Gibraltar.
  
  Hace unos días tuve ocasión de escuchar al Gobernador de Gibraltar, creo que ese es el título de quien dirige la colonia, ignoro si en nombre propio o en nombre del Reino Unido porque todo es muy confuso.
  
  Porque ¿es el Peñón de Gibraltar una colonia o qué es?

  Lo que está claro es que hablando solo a dos bandas, España e Inglaterra, sobre este territorio, sin escuchar qué tienen que decir sus habitantes, está de antemano condenado al fracaso.
  
  Trescientos años nos contemplan.
   
  Le preguntaba el periodista sobre el contrabando de tabaco.
   
  Respondía que el ministro de asuntos exteriores español era, como mínimo, un exagerado, cuando acusaba a las autoridades gibraltareños de comerciar con el tabaco.

  Porque no entendía como podían fumarse los gibraltareños tanto tabaco.

  Le respondía el ministro gibraltareño que, en primer lugar, los que hacen contrabando de tabaco son españoles.

  Y, en segundo lugar, que el ministro español olvida el pequeño detalle de que no sólo fuman en Gibraltar los miles de habitantes que son sino los diez millones de turistas que les visitan.
  
  Le preguntaba el periodista de la cadena de radio SER que por qué antes de hacer las cosas, como arrojar bloques de cemento al mar, no se lo dicen o consultan a España.

  Y veía dificultades en ello.

  Primero porque ellos no tienen por qué consultar nada a España.
  
  Y segundo, porque España se niega ya que sólo quiere dialogar con el Reino Unido.
  
  Y añadía que, incluso, han cortado las excelentes relaciones que mantenían con los dos pueblos cercanos, San Roque y La Línea, con cuyos alcaldes siempre se han entendido porque tienen intereses mutuos y porque muchos miles de trabajadores del Campo de Gibraltar se desplazan cada día a trabajar al Peñón.  Le insistía el periodista que los bloques arrojados impiden faenar a los pescadores de la zona.
  
  Algo que rebatía porque, lo más, ha impedido que un barco lo haga.
  
  Y decía que muchos hablan de cuatro barcos y, los más exagerados, que toda la flota.
  
  Y en esto la falta de lógica de nuestro ministro Margallo es notable porque ha acusado a Gibraltar de arrojar esos bloques en nombre del medioambiente cuando según a qué ecologista consultes, te dirá que es bueno o que es malo.
  
  Pero lo peor es que cuando le dicen que España también los arroja, contesta que España puede hacer lo que crea conveniente pero no Gibraltar.

  Algo de locos. Si lo hago yo, es bueno, pero si lo hacen los demás, es malo.
  
  Concluye con que ni el señor Cameron, Primer Minister británico, tiene derecho sobre Gibraltar.
  
  Yo también lo creo. Porque trescientos años viviendo independientes dan para seguir siéndolo otros trescientos más.
  
 
 
 
 

1 comentario:

Riselo dijo...

Debo pedir perdón a quienes lean este post porque, como llegué tarde a la entrevista, ignoraba que no era el Gobernador de la colonia de Gibraltar quien estaba siendo entrevistado sino su ministro, el señor Fabian Picardo.
Y por ese no sé qué que a veces tiene internet, por más que he intentado corregir el error, no me ha admitido la corrección.