Leo en el diario 20 Minutos:
"Junto a los paisajes tradicionales, existen otros situados sobre nuestras cabezas y a
menudo ignorados que cada vez despiertan mayor interés como destino turístico: las maravillas del cielo nocturno".
Tan hartos estábamos de mirar al cielo de nuestras ciudades y no conseguir ver una sola estrella que se ha creado el astroturismo, una actividad que combina ambiente, ciencia y cultura.
Para ello hasta se citan algunos lugares donde el placer de contemplar estrellas se puede conseguir como son la isla de La Palma y el municipio tinerfeño de Granadilla en las Islas Canarias, o el municipio del Montsec en Lleida.
Esta noche, 12 de Agosto, con un poco de suerte, podremos ver las Perseidas, esas estrellas fugaces que, por producirse el fenómeno de su visión en el día en que se recuerda al diácono y mártir de la Iglesia Católica, San Lorenzo, también se han venido en llamar 'las lágrimas de san Lorenzo'.
Cuando yo era niño, durante las noches de verano y para eludir el calor del interior de mi casa en Córdoba, mis padres regaban la azotea -'terrado' le llamaba yo - y luego tendían una manta y sobre ella dormía al fresco, mirando al cielo de entonces, lleno de estrellas.
Me decían que cuando viera una estrella fugaz que formulara un deseo.
Debería de ser un niño con los deseos básicos colmados porque el deseo que yo pedía era imposible de cumplir: 'que me toque la lotería', repetía una y otra vez hasta que me quedaba dormido.
Porque con tan corta edad, yo jugaba a bailar el trompo o a jugar con la pelota al futbol pero no a jugar a la lotería.
De lo que se deduce que nunca me tocaría al no llevar ningún décimo.
Pero los niños suelen ser felices con cualquier cosa. Hasta con intentar conseguir lo imposible.
Hace unos días me enteré que tenemos derecho a un cielo nocturno con estrellas.
Leo:
"La Declaración Mundial en Defensa del Cielo Nocturno y el Derecho a Observar las Estrellas, un manifiesto aprobado en 2007, recoge el derecho a un cielo nocturno no contaminado que permita el disfrutar de la contemplación del firmamento como algo inalienable de la humanidad y equiparable al resto de los derechos ambientales, sociales y culturales.
Como ciudadanos conscientes tendríamos que ser mucho más exigentes a la hora de pedirle a nuestras autoridades, medidas medioambientales para que nuestros cielos estén cada vez menos contaminados y podamos disfrutar de algo tan primitivo como poder observar nuestros cielos nocturnos tachonados de estrellas.
1 comentario:
No me extraña que hayamos perdido el norte en nuestras vidas ya que cada día, mejor, cada noche, es imposible ver una sola estrella en nuestros cielos urbanos.
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