No había oído hablar nunca del Ratopín, un roeder africano, horroroso de ver, que habita zonas de Kenia, Somalia y Etiopía.
Es de sangre fría, y se deja poco de ver.
De cuerpo lampiño, más largo que el ratón común, a quien se le parece, tiene costumbres propias de los topos ya que vive en colonias asentadas en las cuevas enormes que escarvan bajo tierra..
Su piel es elástica, gracias a una sustancia que segregan, y anaranjada.
Su modo de vida se asemeja al de las abejas, ya que los miembros que constituyen una colonia constan de soldados, que protegen al resto, obreros, que procuran el sustento saliendo a la superficie y, finalmente, de la que hace de reina de la colonia y los tres machos destinados a cubrirla.
Pero lo que hace a este animal único y lo que ha sorprendido a los científicos que lo han estudiado es que sea inmune al cáncer.
Curiosamente, entre ellos hay castas. Cuando se cruza uno de una casta superior con otro de una casta inferior en la cueva, pasa por encima de él.
Otra curiosidad es su alta resistencia al sufrimiento. Son inmunes, por ejemplo, al ácido.
Finalmente, es de destacar su gran longevidad. Pueden vivir 30 años. Diez veces más que el ratón común, el animal al que más se parecen.
Está claro que este animal puede solucionarnos tanto, problemas de piel como problemas relativos a los diversos tipos de cáncer.
A pesar de su rareza y desconocimiento, ha merecido salir en una serie de dibujos animados con el nombre de Rufus.
1 comentario:
No debemos despreciar nunca a nadie: ni por negro o blanco, de derechas o izquierdas, ni por bajo o alto.
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