De tanto escucharlo, llegué a creer que la culpa era de Zapatero.

                   Es penoso seguir escuchando aún que estamos así por la herencia recibida.
   

  Cualquier economista, por poco que haya acudido a clase, sabe que en la historia de la economía mundial, hay períodos de esplendor económico y otros de recesión y decaimiento de la economía.
   
  Es decir, lo que se conoce como épocas de vacas flacas y de vacas gordas.
   

  Otra cosa es que se sepa por qué ocurre eso.
   
  Hoy mismo he leído una entrevista al economista Tamames en la que afirma alegremente que el presidente Zapatero estaba rodeado de inútiles.
   
  ¿Sólo Zapatero?
  
  Porque si el señor Tamames lee la prensa, se habrá enterado de que 'la zona euro encadena año y medio de descensos consecutivos'.
   
   ¿Se habrá enterado que Portugal, Chipre, Irlanda, Italia y otros, están hechas unos zorros?
   
   ¿Que la rica Francia promete acelerar las reformas estructurales para superar la crisis y que su presidente Hollande pronostica un crecimiento cero para 2013 tras dos trimestres negativos?
   
   Leo en el diario El País:
   
   "Europa se sume en la recesión más larga. La enfermedad que padece la zona euro se hace crónica".
   

   
   Aquí, en España, el único que parece saber lo que hay que hacer es el señor presidente Rajoy.
   
   Claro que no dice cómo. Porque decirnos que hace las cosas que hay que hacer o como Dios manda o haciendo todo lo contrario de Zapatero, no es que nos aclare mucho.
  
   Sobre todo cuando su ministro, señor Margallo, nos sorprendió ayer mismo diciendo que nadie sabe lo que hay que hacer y si lo que estamos haciendo es lo adecuado.
  
   Por consiguiente, ¿no sería ya hora de que los dirigentes del Partido Popular dejaran de una vez por todas de culpar de la penosa situación económica que atravesamos sea culpa de un presidente de gobierno que hubo una vez en España que se llamaba José Luís Rodríguez Zapatero?