Una poeta entrañable y muy querida para mí lo fue la madrileña Gloria Fuertes.
Con qué sencillez describía bella y poéticamente lo obvio, lo cotidiano, lo que estaba a la vista..
Cómo extraía belleza hasta de las cosas vulgares.
Como ejemplo, puede valer el poema que le dedicó a 'Las Cosas'.
Recitaba con su voz ronca:
"Las cosas. Nuestras cosas.
Les gustan que las quieran.
A mi mesa le gusta que apoye los codos.
A la silla le gusta que me siente en ella.
A la puerta le gusta que la abra y la cierre,
Como al vino le gusta que lo compre y lo beba.
Mi lápiz se deshace si lo cojo y escribo.
Mi armario se estremece si lo abro y me asomo.
Las sábanas son sábanas cuando me echo en ellas.
Y la cama se queja cuando me levanto.
¿Qué será de las cosas cuando el hombre se acabe?
Como perros, las cosas no existen sin el amo".
Gloria, que estás en la gloria.
Bendito sea tu nombre, por siempre y amén.
1 comentario:
Los poetas y los cómicos no deberían morirse nunca.
Porque sin ellos la vida es más insufrible.
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