lunes, febrero 10, 2014

¡Qué malos son los políticos y qué buenos sus votantes!

                                                          ¿Por qué somos así los humanos?


  Es curioso cómo nos sacudimos las culpas los seres humanos.

  Con qué facilidad si algo nos falla, culpamos a los demás de nuestros fallos.

  Si no tenemos conocimiento de algo que deberíamos, enseguida tenemos a mano una frase exculpatoria: 'es que a mi no me enseñaron eso en el colegio'.
 
  En el colegio enseñan pocas cosas porque no tienen por qué enseñártelo todo.

  A mi, en mi colegio, por ejemplo, me enseñaron reglas de urbanidad en la mesa.
 
  Pero a lo mejor perdieron el tiempo que deberían haber dedicado a las matemáticas, por ejemplo.
 
  Porque un alumno debe de ir al colegio sabiendo cómo comportarse en la mesa. Para eso están los padres.
 
  Rara es la conversación en la que no hablamos de la corrupción en los políticos cuando quien más quien menos se salta el IVA o hace trabajillos de los que Hacienda no coge un euro.

  Por lo demás, ¿es que pensamos que los políticos ocupan los escaños del Congreso porque, a la manera de guardias civiles al mando de Tejero, un día dijeron 'vámonos al Congreso y el primero que llegue, que se ocupe su escaño'?
 
  No, amigos. Los políticos están ahí porque un día de elecciones, los escogimos para que nos gobernaran.
 
  Eso los que se molestaron en votar.
 
  Hay otros, posiblemente los que más gritan y se molestan con los políticos, que ese día se quedaron en casa o se fueron 'de perol' al campo si eran cordobeses.
 
  A mi los políticos, debo confesarlo sin rubor, no me molestan.
 
  A mí los que me molestan son personas del tipo del que estando yo un día ya en medio de un paso de cebra, llegó a todo correr en su coche, pasó a medio metro de mi, le grito, se para y, cuando pensaba que me iba a pedir perdón, abre la ventanilla y me grita: '¿Es que has comido tigre hoy'?
 
  O esa otra persona que me pisa por detrás, me vuelvo y le digo que por lo menos me pida perdón y lo que se le ocurre decirme es: '¿Es que le he roto algo?'
 
  Hombre, romperme no, pero si me das un pisotón y me pides perdón, queda la cosa mejor.
 
  O ese otro que viene de frente, - yo iba por mi derecha pegado a la pared de la calle, y la acera medía más de dos metros - tropieza conmigo, me dice que le he hecho daño, le digo que yo iba por mi derecha y el sujeto me contesta que él también va por su derecha.
 
  ¡Cómo se ve que algunos no vieron en su niñez aquel programa en que te enseñaban: dentro/fuera; arriba/abajo; derecha/izquierda!
 

 Y, por fortuna o desgracia, los políticos tienen nuestra misma piel, poseen nuestros mismos defectos y virtudes y, sobre todo, mandan porque nosotros les hemos entregado el mando.

1 comentario:

Riselo dijo...

Ya me estoy cansando de oir hablar de los políticos como si fueran seres extraterrestres.
Desgraciadamente, muchos políticos indignos han sido elegidos por electores que sabían que eran indignos.