domingo, enero 13, 2013

¿Qué pasa con Gibraltar?

                                                 'Menos paraíso y más leyenda urbana'
  
  
  Desde que tengo uso de razón escucho lo mismo: Gibraltar es un nido de piratas, centro de contrabando, paraíso fiscal...
  
  Y observo que cuando un gobierno español tiene algún problema con la ciudadanía y ve que va perdiendo su confianza, saca a pasear el tema 'Gibraltar español', y monta una serie de conferencias con el Reino Unido como si esta nación pudiera o quisiera hacer algo en contra de la voluntad de los gibraltareños, quienes desean permanecer tal y como están, y tal y como llevan tres siglos.
  
  Tengo ante mí un largo y muy completo estudio sobre el tema 'Gibraltar' en el diario El País, donde varios periodistas tocan este espinoso tema que, a mi entender, es de difícil, si no imposible, solución: que Gibraltar pase a manos del Reino de España. 
  
  Como andaluz deseo que los 'llanitos' sigan tal y como están.
  
  No deseo que, tras una hipotética entrega de Gibraltar a España, la Roca se convierta en un pueblo más de parados de la comarca del Campo de Gibraltar.
  
  Escribe Luís Gómez:
  
  "Gibraltar está en la lista blanca de la OCDE y avanza en transparencia".
  
  Una de las cosas que achacan a Gibraltar es el asunto del contrabando.

  Pues bien. Está demostrado que el contrabando, del tabaco al menos, estaba - y, posiblemente continúe estándolo - protagonizado por redes españolas.
  
  Comienza su artículo:
  
  "Quizás, aceptando la hipótesis de que Gibraltar nunca será español, se entiende mejor cómo de estéril o de virtual es el esfuerzo diplomático nacional en esta materia.
  
  Nunca lo será porque la condición de gibraltareño es un privilegio que permite a sus ciudadanos disfrutar de lo mejor de Gran Bretaña - la educación, su sistema financiero, su justicia, su lengua...- y lo mejor de España - el entorno, la gastronomía, la sanidad, su lengua...- a un mismo tiempo."
  Y el clima, añadiría yo.
   
  Pues ahí queda eso.
   
  Ya basta de sacar a pasear de tiempo en tiempo el Tratado de Utrecht.
   
  Después de 300 años, ya es papel mojado.
   
  Sigamos dialogando con ellos para ir solucionando los problemas del día a día: ataque a nuestros barcos pesqueros, la limpieza de buques donde no es apropiado, el aprovisionamiento de petróleo fuera de puerto...
   
  Y permanezcamos tal y como estamos.
   
  Ellos continuarán felices, como siempre.
   
  
  Y nosotros, ¿para qué demonios queremos una roca?
  
  
  

1 comentario:

Riselo dijo...

No se puede, después de 300 años, reivindicar un lugar en contra del sentir de sus habitantes.