Este intruso a quien no elegimos los madrileños, porque los madrileños habíamos elegido - bueno, habían elegido porque yo no, pero para el caso, vale - a doña Esperanza Aguirre, hoy nos gobierna con la misma mano de hierro y espíritu liberal que su antecesora.
Se llama don Ignacio González y se ha creído que, porque posee mayoría en la Asamblea de Madrid, puede gobernar como si de cualquier tiranuelo se tratara.
Lo más parecido a un dictador es un gobernante con mayoría absoluta para gobernar porque puede llegar a pensar que, por el hecho de que el electorado le haya dotado de mayoría, ya puede prescindir de cualquier diálogo o aportación que, no ya de los ciudadanos de a pie sino la que los mismos grupos de la oposición puedan llevar a cabo.
Se ha visto recientemente con las huelgas llevadas a cabo por el personal sanitario.
Con qué cinismo ha hablado del asunto.
Con qué frescura les decía que no iba a privatizar la sanidad.
Pero por otro lado daba a entender que las medidas se tomaban porque se iban a ahorrar no sé cuantos millones pero sin decir de dónde van a salir esos euros ahorrados.
Con qué desparpajo, incluso teniendo la oposición del Gobierno de la Nación, de su mismo partido, ha ordenado que por cada receta se pague un euro.
Su forma de gobernar es copia de la de su mentora, señora Aguirre, la misma que cuando el gobierno del señor Zapatero impuso una subida del IVA, ella montó mesas por Madrid para recoger firmas.
La misma que decía que las leyes estaban para ser cumplidas pero que, ante la ley de prohibir el tabaco en los establecimientos, manifestó que no se cumpliría en su comunidad.
Hoy ya no nos gobierna pero no se ha ido al paro. Ha encontrado un hueco donde ejercer una función, ignoro si necesaria.
Hay personas que nacieron con suerte y la palabra desempleo no entra en su vocabulario.
Fue patético contemplar a nuestro Presidente de Madrid hablar a comienzos de año en un cuchitril emitiendo por internet su discurso de saludo de año nuevo porque no pudo desde 'su' televisión y la de la señora Aguirre, a la que mangonearon durante mucho tiempo pero cuyos empleados ya se han cansado y mantienen una huelga indefinida con la pantalla en negro.
Daba envidia sana ver a los presidentes autonómicos hablar desde sus emisoras o sus despachos, retransmitidos por sus respectivas televisiones autonómicas.
Mientras tanto nuestro presidente se entretiene en amenazar a otro presidente autonómico, el señor Mas de Cataluña, advirtiéndole que exigirá cumplir la ley.
¿Pero quién es este señor para amenazar a un colega?
Lo que os digo. Además de ser un advenedizo, se cree con poder para criticar a sus iguales.
Leo en el diario El País:
"Los recortes, sin nombrarlos, y la necesidad de esfuerzos futuros centraron el primer discurso de Año Nuevo del presidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, quien no dejó de ocuparse del desafío independentista de Cataluña.
Sigue a su maestro, el señor Rajoy, experto en generalizaciones y afirmaciones rotundas pero sin contenido.
Dijo en su discurso: 'ha sido un año de cambios y de decisiones difíciles de tomar y duras', pero sin citar cuáles.
Pero lo mejor es lo que a continuación afirmó:
"2013 será mucho peor si no se hace lo que estoy obligado a hacer".
Le faltó lo de 'pero haré todo como Dios manda'.
Sabemos lo que ha hecho; recortes y más recortes.
Y sabemos lo que va a hacer: recortes y más recortes.
¿Pero no hay nada más?
Sólo pedir que pase este año pronto porque, el siguiente, vamos a atar los perros con longanizas. como en casa del choricero de Candelario.
Palabra de ese tal González.
1 comentario:
'Atar los perros con longanizas' es un dicho popular castellano que parece que tuvo su origen el pueblo salmantino de Candelario donde al choricero se le ocurrió, no teniendo una soga a mano para atar al perro, lo hizo con una longaniza. Un chico que entró en el establecimiento, vio lo sucedido y cuando salió fue contándole a todo el mundo que en casa del choricero ataban los perros con longanizas.
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