Hay veces en que las cosas salen bien por casualidad.
Sin ninguna intencionalidad fui tomando estas fotos simplemente porque me gustaban.
Luego me dí cuenta que eran imágenes de personas de distinta edad y sexo con un mismo denomnador: todas sonríen, haciendo tareas diversas.
Para colmo, la imagen, tanto la difusa como la nítida del toro, puede entenderse como símbolo de esas dos Españas: la que se reconoce abiertamente española y la que lo hace a regañadientes.
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