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viernes, marzo 08, 2013
jueves, marzo 07, 2013
miércoles, marzo 06, 2013
Sin mujeres, la tierra estaría despoblada de seres humanos.
"Sin mujeres, no hay maratón" (Día de las Mujer).
La ONU ha cancelado un evento porque Hamás vetó la participación femenina.
Leo en el diario El País una crónica de su corresponsal en Jerusalén, David Alandete:
"La negativa del grupo islámico Hamás, que gobierna Gaza, a permitir que las mujeres participen en la maratón que desde hace tres años organiza la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, llevó ayer a su cancelación".
Yo le pediría a esta agencia que cada vez que tenga recursos que ofrecer a los palestinos, les diga primero a los señores de Hamás: "les ofrecemos ayuda a cambio de que respeten los derechos humanos".
Es apabullante la cantidad de mujeres sobresalientes que, por el simple derecho de serlo, han quedado relegadas a un papel secundario en favor del hombre.
Mujeres científicas, pintoras, escritoras, músicos...escondidas y a la sombra de sus maridos.
Como ejemplo de esta relegación en favor del hombre, tenemos a la pintora sueca Hilma af Klint, de la que estos días se ofrece una exposición en el Museo de Arte Moderno de Estocolmo, pionera en romper con la figuración e inventora, por consiguiente de la abstracción y que, sin embargo, en los libros de arte se afirma que fue Kandiski quien dio el paso decisivo y, como leo en el diario El País:
"El propio pintor se autoproclamaba sin rubor como el primer autor de un cuadro no figurativo en 1911, que extravió en el exilio".
Mira por dónde. Se le perdió. Qué pena.
En estos días se puede contemplar en Madrid, en la Biblioteca Nacional, una interesante exposición que evoca a las primeras mujeres escritoras, perseguidas por la Inquisición, y cuya labor creativa rompió barreras en su época'.
Entre ellas, Teresa de Ávila, de la que Lope de Vega, según nos cuenta Tereixa Constenla en su crónica sobre la exposición, mostró en cierta ocasión su alegría "de ver que una mujer pudiese tanto/que haya dado en la iglesia militante/descalza, una carrera de gigante".
Sor Juana Inés de la Cruz, 'feminista cuando aún no había feminismo' y de la que el cronista afirma: 'una ilustre mexicana, que nació en el siglo XVII y pensaba como en el siglo XX'.
Lope tenía una hija, Marcela, a quien a diario visitaba en su convento y que escribía dramas.
A Clara Janés, que lleva años investigando la historia de las mujeres escritoras en España, le preguntaron que si sólo había mujeres escritoras en los conventos.
Respondió que no pero que 'los conventos fueron los únicos refugios que encontraron aquellas mentes inquietas nacidas en un ambiente opresor y los lugares que, a la postre, preservarían el material de sus escritoras'.
En mi ciudad leía hace algún tiempo las declaraciones de un entrenador de chicas alevines de un equipo de futbol en las que mostraba su contento porque 'a ellas les da igual ganar o perder en el campo. Ellas ganan porque vienen y hacen lo que les gusta, se superan y comprueban su progreso'.
Nada que ver con lo que suele suceder con los chicos que, o ganan, o se enfadan.
¿Hasta cuándo continuaremos recordando cada 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer?
Es la pregunta del millón.
Se me ocurren unas pocas respuestas:
Hasta que dejen de mutilar niñas en determinadas zonas de África.
Hasta que los salarios de las mujeres sean iguales que los de los hombres cuando desempeñen las mismas tareas.
Hasta que el varón deje de creerse superior a la mujer sólo porque es más fuerte.
Hasta que muchos empresarios dejen de optar por hombres para dirigir sus empresas porque las mujeres crean más problemas a causa de su maternidad.
Hasta que determinados 'cabestros', disfrazados de periodistas, dejen de soltar barbaridades en sus diarios o en las tertulias, tales como:
"Es una de las cuatro españolas que más me ponen".
"Tiene cara de película porno" o
"Cada vez que veo su cara y esos morritos, pienso lo mismo, pero no lo voy a contar aquí".
La periodista Nicole Thibon es quien reproduce estas bellas frases, de estos machistas, misóginos y sexistas, y escribe nombres sin decir de qué grosería son autores.
Aunque si escuchamos determinadas tertulias o leemos determinados periódicos, sabremos de boca de quién han salido.
Ella nombra a algunos de ellos, importantes columnistas y escritores, por otro lado:
Los Arturo Reverte, Antonio Burgos, Alfonso Ussía...
Uno de esos inteligentes ocurrentes que cita, ni escribe, pero dirige una alcaldía tan importante como la de Valladolid.
La ONU ha cancelado un evento porque Hamás vetó la participación femenina.
Leo en el diario El País una crónica de su corresponsal en Jerusalén, David Alandete:
"La negativa del grupo islámico Hamás, que gobierna Gaza, a permitir que las mujeres participen en la maratón que desde hace tres años organiza la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo, llevó ayer a su cancelación".
Yo le pediría a esta agencia que cada vez que tenga recursos que ofrecer a los palestinos, les diga primero a los señores de Hamás: "les ofrecemos ayuda a cambio de que respeten los derechos humanos".
Es apabullante la cantidad de mujeres sobresalientes que, por el simple derecho de serlo, han quedado relegadas a un papel secundario en favor del hombre.
Mujeres científicas, pintoras, escritoras, músicos...escondidas y a la sombra de sus maridos.
Como ejemplo de esta relegación en favor del hombre, tenemos a la pintora sueca Hilma af Klint, de la que estos días se ofrece una exposición en el Museo de Arte Moderno de Estocolmo, pionera en romper con la figuración e inventora, por consiguiente de la abstracción y que, sin embargo, en los libros de arte se afirma que fue Kandiski quien dio el paso decisivo y, como leo en el diario El País:
"El propio pintor se autoproclamaba sin rubor como el primer autor de un cuadro no figurativo en 1911, que extravió en el exilio".
Mira por dónde. Se le perdió. Qué pena.
En estos días se puede contemplar en Madrid, en la Biblioteca Nacional, una interesante exposición que evoca a las primeras mujeres escritoras, perseguidas por la Inquisición, y cuya labor creativa rompió barreras en su época'.
Entre ellas, Teresa de Ávila, de la que Lope de Vega, según nos cuenta Tereixa Constenla en su crónica sobre la exposición, mostró en cierta ocasión su alegría "de ver que una mujer pudiese tanto/que haya dado en la iglesia militante/descalza, una carrera de gigante".
Sor Juana Inés de la Cruz, 'feminista cuando aún no había feminismo' y de la que el cronista afirma: 'una ilustre mexicana, que nació en el siglo XVII y pensaba como en el siglo XX'.
Lope tenía una hija, Marcela, a quien a diario visitaba en su convento y que escribía dramas.
A Clara Janés, que lleva años investigando la historia de las mujeres escritoras en España, le preguntaron que si sólo había mujeres escritoras en los conventos.
Respondió que no pero que 'los conventos fueron los únicos refugios que encontraron aquellas mentes inquietas nacidas en un ambiente opresor y los lugares que, a la postre, preservarían el material de sus escritoras'.
En mi ciudad leía hace algún tiempo las declaraciones de un entrenador de chicas alevines de un equipo de futbol en las que mostraba su contento porque 'a ellas les da igual ganar o perder en el campo. Ellas ganan porque vienen y hacen lo que les gusta, se superan y comprueban su progreso'.
Nada que ver con lo que suele suceder con los chicos que, o ganan, o se enfadan.
¿Hasta cuándo continuaremos recordando cada 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer?
Es la pregunta del millón.
Se me ocurren unas pocas respuestas:
Hasta que dejen de mutilar niñas en determinadas zonas de África.
Hasta que los salarios de las mujeres sean iguales que los de los hombres cuando desempeñen las mismas tareas.
Hasta que el varón deje de creerse superior a la mujer sólo porque es más fuerte.
Hasta que muchos empresarios dejen de optar por hombres para dirigir sus empresas porque las mujeres crean más problemas a causa de su maternidad.
Hasta que determinados 'cabestros', disfrazados de periodistas, dejen de soltar barbaridades en sus diarios o en las tertulias, tales como:
"Es una de las cuatro españolas que más me ponen".
"Tiene cara de película porno" o
"Cada vez que veo su cara y esos morritos, pienso lo mismo, pero no lo voy a contar aquí".
La periodista Nicole Thibon es quien reproduce estas bellas frases, de estos machistas, misóginos y sexistas, y escribe nombres sin decir de qué grosería son autores.
Aunque si escuchamos determinadas tertulias o leemos determinados periódicos, sabremos de boca de quién han salido.
Ella nombra a algunos de ellos, importantes columnistas y escritores, por otro lado:
Los Arturo Reverte, Antonio Burgos, Alfonso Ussía...
Uno de esos inteligentes ocurrentes que cita, ni escribe, pero dirige una alcaldía tan importante como la de Valladolid.
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