sábado, abril 16, 2016

Sindicato Manos Limpias.

                                             Ni es sindicato ni es ná


  Menudos cuentistas estos falsos sindicalistas.
  
  Hace tiempo escribí en La Coctelera, uno de los mejores alojamientos para bloggers que conocí y que, desgraciadamente desapareció, con enorme pena y nostalgia de cuantos allí escribimos nuestros primeros pots, que cómo era posible la existencia de un sindicato sin trabajadores a quien representar o defender.

  Claro, es que no era sindicato ni cosa parecida.

  Por fin se ha descubierto el pastel. Este sindicato, como aquel parque al que cantaban Victor y Diego, no era sindicato ni nada que se le pareciera.
  Era una cueva de bandoleros que atracaban con modales finos y a través de famosos abogados, extorsionando a las personas, cuanto más ricas, mejor con la promesa de dinero a cambio de no llevarlos a los tribunales.

  Menuda la han armado con la infanta Cristina que, después de tanto sufrimiento y sin saber si es culpable o no, la van a tener que absolver por la retirada de quienes la condujeron a los tribunales porque no accedió a darles dinero a cambio de su silencio.

  A cada cerdo le llega su San Martin, o eso dicen porque a algunos les llega tarde pero a tiempo.
  A estos, además del cerdo, les ha llegado un regalo: una casa con rejas.

                                       

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