"Luís del Olmo vuelve a RNE".

                                                  Me alegro por usted, don Luís, pero...

  
   No me atrevo a decirle lo que deseo decirle porque sé que cuando saca usted su genio a pasear, es terrible.
  
   Lo que quería decirle, y no me atrevía pero se lo voy a decir, es que desde siempre le he admirado, le he seguido en sus distintos cambios de emisoras por las que ha pasado con su programa 'Protagonistas' - la primera vez que le escuché, lo recuerdo aún, fue en una peluquería - pero ahora veo que tiene ya usted una edad que llama la atención que le contrate una cadena que se ha desprendido de personas de menos de sesenta años, jubilándolas anticipadamente.

   Dice usted que está contento de regresar a la casa en la que nació el magacín 'Protagonistas'.
  
   No es para menos escuchar esto de usted que es un trabajador incansable.
  
   Y añade que desea mantenerse en las ondas hasta los 80. Ha cumplido ya los 76. Y me alegro por ello. El trabajo es salud y, en su caso, también placer.
  
   Y le aseguro que, yo que soy uno de esos 600.000 oyentes que se han descolgado de RNE por, entre otra razones, haber vuelto esta emisora a las andadas de ser pregonera y vocera del gobierno de turno, haré una excepción con usted y me encontrará al otro lado de la antena cada viernes en ese espacio que ha anunciado que va a hacer de entrevistas.
  

   Y termino mi post reproduciendo las palabras finales con las que concluye la periodista Rosario G. Gómez la semblanza que hace en El País del señor del Olmo:
  
   "Don Luís del Olmo se incorpora a RNE en uno de los momentos más críticos de los últimos años en las ondas públicas. Su audiencia se ha desplomado desde septiembre, cuando el nuevo equipo, encabezado por Manuel Ventero, decidió cambiar a los responsables de los principales programas. Juan Ramón Lucas fue destituido al frente del magacín matinal y Toni Garrido siguió los mismos pasos en el vespertino. Desde entonces, RNE ha perdido un tercio de sus oyentes (alrededor de 600.000 se han desenganchado).