viernes, abril 05, 2013

No es lo mismo ir de testigo que de imputado que de acusado.

                                                    La pena de telediario y de la calle.
  
  
  Alucinado estoy de contemplar cada día cómo los españoles se han convertido, de la noche a la mañana, en expertos en derecho penal, sin estudios previos, por supuesto, e imparten justicia a diestro y siniestra, con enorme desparpajo y sin que se les mueva el flequillo.

   Hemos pasado del 'inocente mientras no se demuestre lo contrario' al 'culpable porque me sale a mi de las narices'.
  
  Del 'quien acusa debe demostrar los motivos de la acusación' a que sea el acusado quien deba probar su inocencia.
  
  Y así se ve cómo acuden, como si no tuvieran nada importante que hacer en sus casas, a juzgados y sitios diversos, a insultar a quienes sospechan que son culpables de algo.
  
  Para mi que piensan que los jueces están de lujo porque ¿ para qué sirven si ya tienen la labor hecha?
  
  Cuando les llegue al tribunal un sospechoso de delito, con visionar alguno de esos programas de sabios contertulios o ver el telediario del día anterior, donde se ve a una panda de individuos vociferantes, insultando y llamando ladrón o asesino o cualquier otra lindeza que les venga en gana a sus víctimas, tienen de sobra.

  Hace un par de días el juez Castro convocó a la infanta Cristina a que acudiera como imputada.
  
  Pues bien, pobre Cristina, se te ha caído el pelo.
  
  Porque ya lo tienes crudo.

  Si vas de imputada, estos sabios que he mencionado, ya te han condenado como si hubieras sido convocada como acusada.
  
  Y si por hache o por ve, sales libre porque se demuestra que no has tenido nada que ver en los chanchullos de tu esposo, dará lo mismo, seguirás condenada porque no te van a creer ya que van a pensar que con un padre tan poderoso, los jueces han sucumbido a la ignominia de absolverte.
  
  Sobre la llamada 'pena de telediario' escribe Gabriela Cañas en El País:
  
  "Algunas cadenas de televisión han encontrado en España un nicho para ganar audiencia. Con el mismo formato con el que antes se debatía sobre los amores de Jesulín de Ubrique, ahora los contertulios discuten acaloradamente sobre el último paseíllo de Iñaki Urdangarín camino del juzgado".
  
   Y ahora digo yo. ¿Cómo es posible ver estos días a turistas perder el tiempo fotografiando este horrendo pasillo?
   

  ¿Es que la hermosa ciudad de Palma no les ofrece atractivos suficientes como para emplear el tiempo más provechosamente?
  
  Porque yo hace algún tiempo pasé dos días en Palma visitando cosas y me faltaron algunas por ver.
  
  Y en cuanto a la violación del secreto epistolar por parte del socio del Duque de Palma, entregándole emails al juez, estoy horrorizado.

   Leo en Wikipedia:
  "El secreto de la correspondencia garantiza que el contenido de una carta sellada nunca será revelado".
  
  Y más adelante dice:
  "Cuando se aplica a la correspondencia electrónica el principio protege no sólo el contenido de la comunicación sino también la información acerca de cuándo y a quién los mensajes han sido enviados".
  
  Una de dos: o el mundo se ha vuelto loco, o el loco soy yo.

1 comentario:

Riselo dijo...

Evidentemente no sé si la infanta Cristina es inocente o culpable. Lo que digo es que no se pueden juzgar a las personas si aún a los jueces, con la cantidad de conocimiento que poseen de los casos, a veces se equivocan.