martes, abril 02, 2013

Los designios de Dios son inescrutables.

                                                         Esperando a que escampe.
  

  Así se quedaron los cofrades de 24 Hermandades de Córdoba esta pasada Semana Santa: que no pudieron sacar sus pasos a la calle a causa de la lluvia, no creyéndose lo que veían, y diciéndose, al fin, resignados, los unos a los otros: 'el año que viene será mejor...si Dios quiere'.
  
  Sigo pensando que Dios tiene un sentido del humor muy raro.

  Infunde la fe en esas personas. 

  Se afanan todo el año por ser buena gente: hacen sus retiros espirituales, recolectan dinero de mil formas para sufragar los muchos gastos que conllevan poner en pie un desfile procesional, ponen guapos a su Cristo y a su Virgen...y va luego 'el de arriba', abre las compuertas del cielo y cae una que ni el mismo Noé se vio en otra.

  Dan ganas de decirle - espero que no se me enfade - algo muy cordobés:
  
  'Señor, Señor, quien te entienda que te compre'.

   Leo en la crónica que la periodista Laura Daniele escribió en El País:
  
   "Desalientos y lágrimas en numerosos cofrades andaluces que vieron rotas sus ilusiones de arrancar a los fieles el fervor religioso de la Semana Santa".
  
   Sólo una pregunta, por si algún amigo bloguero me lee y desea contestarla:

   '¿Por qué castiga Dios a estos buenos cofrades enviándoles la lluvia e impidiéndoles así que puedan sacar sus pasos en procesión?'.
  
   Para comprender esto es preciso tener la fe del capataz gitano guiando el paso de su Cristo de la Expiración, el de los Gitanos, de Triana que, tras un rato de procesión y observando que comenzaba a llover y que algunos Hermanos intentaban colocar un plástico sobre el Cristo para impedir que la talla se estropeara, con un enorme bozarrón les gritó:


  "¡Eh! ¿Pero qué hacéis? ¿No es Cristo, el Hijo de Dios? ¿No puede hacer lo que quiera? Pues si quiere mojarse, que se moje".
  

1 comentario:

Riselo dijo...

¿Cómo vamos a entender a Dios si no nos entendemos ni a nosotros mismos?